Vivimos en una sociedad en la cual hay diversos y muy distintos grupos de personas, ya sea por religión, costumbre, raza o etnia, y hasta clases sociales. Nuestra sociedad ya debería haberse dado cuenta que toda esa diversidad puede convivir en harmonía siempre que haya respeto, entendimiento e igualdad. Todo es posible si se sigue el proceso que quiere terminar con la segregación racial o marginal. Se debe tener igualdad de oportunidades, no importando la escala social, la raza o la tradición y todo eso se logra con la aceptación.
Con la inmigración no sólo llegan personas de cualquier punto del mundo a nuestro país, sino que también traen con ellos un bagaje cultural muy rico en el cual se juntan la cultura, los valores y la religión. Con todo esto se crea una diversidad que parece que nos aleja unos a otros viendo sólo las diferencias cuando lo que se tendría que hacer es absorver toda la sabiduría para después hablar u opinar con propiedad. Mucha gente opina sin saber y rechaza todo lo que es diferente a su cultura y sus creencias, sin pensar que no todo el mundo cree u opina lo mismo. La discriminación se basa en los prejuicios que nos formamos, muchas veces erróneos por la falta de entendimiento o de saber.
La integración debe ser un proceso dinámico en el cual no existan barreras, potenciando la participación en la vida social, política y cultural para crear una sociedad diversa pero integrada e igual.
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