En 1939 terminó la Guerra Civil Española con la victoria de los nacionales. El 1 de octubre del mismo año Francisco Franco fue nombrado jefe de Estado de España. Así pues, de 1939 a 1975 Franco, también llamado el Caudillo, ejerció como jefe de Estado con una ideología fascista, conservadora, anticomunista y católica. 36 años de dictadura vieron su fin con la muerte de Franco.
Durante esos años España vivía aletargada bajo las leyes, reglas y prohibiciones del Jefe de Estado. No había una constitución, ni evidentemente libertad de expresión, ni partidos políticos, referéndum o votaciones: el Caudillo gobernaba el país y los ciudadanos no tenían ni voz ni voto. Esta dictadura militar mantuvo al país aislado internacionalmente, políticamente y también económicamente.
En los primeros años de la dictadura y así los años de la posguerra, hubo un claro bando entre los vencedores y los vencidos y las familias que habían estado apoyando al bando nacional en la guerra recibían favoritismos. Además, hubo escasez de alimentos, persecución política y, claro está, una represión desmedida. Se impuso una prohibición de manifestar la diversidad lingüística y cultural del estado, se censuró la prensa y se persiguió cualquier tipo de religión o ideología que no fueran acordes con el régimen franquista. Acabada la guerra, 180.000 españoles optaron por el exilio, 140.000 de los cuales fueron a Francia y acabaron en campos de concentración. Éstos tenían que ser tratados como refugiados pero acabaron siendo tratados como prisioneros. Durante los primeros años de la dictadura se ejecutaron a 28.000 personas por motivos políticos y las autoridades borraron todo signo republicano y se llenaron las calles de símbolos de los nacionales y la mayoría de las plazas cambiaron su nombre por los de los héroes nacionales o del Caudillo.
Evidentemente, durante los años de la dictadura, Franco tenía todo el poder político en España. El nacionalcatolicismo era la ideología que imperaba así pues la Iglesia estaba a favor de la dictadura y hubo una estricta moral católica dominando la sociedad y la educación. En 1946 el país fue declarado “reino” y el dictador se apoderó del poder de proponer su futuro sucesor. Franco nunca renegó de su fidelidad a la monarquía pero don Juan de Borbón tenía posturas claramente democráticas y eso al Caudillo no le gustaba. En 1969, el Caudillo nombra a Juan Carlos de Borbón, príncipe de España, como sucesor a título de Rey. Juan Carlos es nieto de Alfonso XIII, que fue rey de 1882 a 1931. El padre de Juan Carlos, Juan de Borbón, hubiera tenido que ser el sucesor pero Franco se opuso porque éste tenía ideas demasiado progresistas. Dos días antes de morir, Franco nombró Rey de España a Juan Carlos de Borbón. Juan Carlos I debía seguir con el legado del general, es decir, una dictadura conservadora. Juan Carlos simpatizó con Franco durante muchos años y siempre le acompañaba a las fiestas nacionales para darle apoyo. No obstante, cuando el general murió, el Rey eligió seguir por otro camino muy diferente…
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